Todo es ya historia: ¡que comience el apocalipsis!

Bueno, pues ya está. Como cada verano, aquí tenéis mi nuevo libro, Todo es ya historia, con el que volveré a participar en el Premio Literario Amazon después de haber quedado finalista en 2019 con Nadie vendrá a rescatarnos y de haber situado otras dos obras (Lo que define a una llama y Todas las veces que nos dijimos adiós) entre las mejor valoradas de sus correspondientes ediciones.

En esta ocasión, la mezcla de géneros es tan explosiva que no resulta fácil encontrar una etiqueta para definirla, aunque, si tuviera que escoger una, sería esta: «road trip postapocalíptico con toques de ciencia ficción especulativa, romance distópico, aventura y drama existencial crepuscular», y seguro que me dejo matices importantes en el tintero…

Un fin del mundo diferente a cualquier otro

Todo es ya historia, la última novela del escritor independiente nominado a los premios Amazon, G. G. VelascoDe cualquier modo, ya sabéis que no soy yo una persona de etiquetas, así que lo mejor será que le echéis un ojo a la sinopsis, que es esta:

«Quince años después del colapso de la isla de Ardra, Sira Faris, ranger al servicio de la ciudad fortificada de Monteburgo, recibe el encargo de aventurarse en el inhóspito exterior para traer de vuelta a un fugitivo muy especial.

Su incursión a través de las ruinas del pasado y los horrores del presente, ya de por sí casi suicida, se complica cuando un improbable suceso la obliga a encarar otra amenaza incluso peor: el recuerdo del papel que ella misma jugó en la caída del país y su vínculo con un misterioso dispositivo capaz de alterar el futuro.

Pero, ¿existe de verdad alguna diferencia entre el presente, el pasado y el futuro o todo está ya escrito y no queda espacio para el libre albedrío? Tan solo Noel León, un controvertido científico íntimamente ligado a la historia de Sira, tiene la respuesta. Y quizás, solo quizás, el poder de revertir el desastre».

Sí, lo sé, no es que desvele mucho, pero de eso mismo va la cosa, ¿no?, de mostrar solo lo justo para generar interés y de guardarse las mejores cartas, que son muchas y muy sorprendentes, creedme, para el libro.

Tanto es así que yo diría que ninguna otra de mis novelas tiene tantos giros, sorpresas y momentos álgidos como Todo es ya historia, lo cual la convierte en mi proyecto más ambicioso hasta la fecha.

O esa, al menos, ha sido siempre la intención.

Todo es ya historia: ciencia, música y escombros

Narrado en dos tiempos verbales, dos tramas complementarias y dos voces narrativas a lo largo de 43 capítulos vinculados a su vez con un principio físico y una canción, Todo es ya historia narra la compleja dinámica entre Sira Faris y Noel León, una pareja estrechamente relacionada con el colapso del país, al tiempo que nos presenta a otros personajes como Anne Senna y Melvin Klem, un dúo de adolescentes que os robará el corazón a la que os descuidéis, o el halcón Nan, que hará lo propio desde el aire.

No obstante, si hay un personaje que destaca en la novela, ese es la República de Ardra, una isla ficticia (la cuarta de mi carrera, ahí es nada) embarrancada entre dos momentos decisivos de su historia, el primero previo al hundimiento del país y el segundo ubicado en lo más crudo del declive posterior.

O dicho de otro modo: la trama mezcla ficción distópica y odisea postapocalíptica a partes iguales con el fin de crear algo más amplio, completo y significativo que la suma de sus partes; algo que ya os avanzo que os va a resultar muy pero que muy familiar…

Ardra, una isla perdida en todos los sentidos

Arriba os dejo un mapa turístico de la zona para que empecéis a tomar contacto con ella. Eso sí, tened en cuenta que el país ha sufrido tres tragedias devastadoras (mejor no detallarlas para preservar la sorpresa), de modo que tampoco esperéis que todas las localizaciones sigan en pie…

Y por el momento vamos a dejarlo aquí. Ya en próximos artículos, cuando conozcáis mejor el libro, os cuento más secretos sobre todo lo que se oculta entre sus líneas, porque os aseguro que esta vez hay mucha mucha tela que cortar… ¡446 páginas, exactamente!

Feliz lectura y, como siempre os digo, ¡id por la sombra!

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